Los judíos tras siglos  de tribulaciones y luchas han  gozado durante el último medio siglo y quizás mas de una importante posición en la sociedades donde residen, principalmente en Norteamérica, Europa Occidental, Latinoamérica y Australia. Han acumulado poder económico, político e  intelectual  el  cual ha servido para mantener comunidades fuertes y seguras y para apoyar sin complejos al Estado de Israel. Ese poder debe ser usado estratégicamente, sin temor, sin rubor y sin miramiento. Las comunidades deben manejar un perfil alto, tener visibilidad, ser asertivas y nunca poner la otra mejilla. Sin embargo ese poder no debe ser sobredimensionado y se deben conocer sus límites.